Fernando Alonso no aparece entre los 100 primeros en la lista Forbes y quizás su salario ya no está entre los mejores deportistas del mundo, pero más de 20 años de trayectoria al más alto nivel propician que posea una gran fortuna en sus bolsillos, solamente por detrás de la de Rafa Nadal y Andrés Iniesta, acotando al deporte español, claro.
No es para menos. Ser doble campeón del mundo de Fórmula 1 y de resistencia bien lo merece, pero también lo merece el hecho de que, habiendo pasado la cuarentena, siga en activo y los años no se noten en su pilotaje, pero sí la experiencia de haber estado en mil y una batallas en las escuderías de mayor renombre.
3Las ruinosas empresas de Fernando Alonso
Su marca de ropa Kimoa ha sido la principal apuesta del piloto durante los últimos años, un negocio no muy fructífero para él del que recientemente ya ha cedido el control del 75% del accionariado. Y es que, más allá de su presencia en el motorsport con su marca FA kart o de su famoso circuito-museo en Oviedo, la faceta empresarial no ha sido especialmente positiva para él.
Su incursión en los e-Sports, con más de cinco millones de euros de inversión, su fracasada marca Faster hace más de una década, sus coqueteos con el mundo ciclista sin éxito o su proyecto de llevar escuelas de karting a China así lo demuestran.