El GP de Australia en palabras del propio Fernando Alonso, será el primer punto de inflexión tras el cual valorar las posibilidades reales de seguir optando al titulo.
La pista semiurbana de Melbourne, presente en el mundial desde el año 1996, y en la que «el Nano» consiguió los primeros puntos de su carrera deportiva, ha de significar un antes y un después en la puesta a punto del AMR23 de Aston Martin.
4Los sábados resultan complicados
La preocupación de Aston Martin después de las dos primeras pruebas se centra en el DRS y una pieza nueva que mejore la aerodinámica del monoplaza.
A todo gas, nunca mejor dicho, la escudería del inversor Stroll, pone sus esfuerzos en mejorar los tiempos de las «qualifys», tras haber comprobado sus desventajas, a pesar de usar un motor idéntico al de Mercedes, y observar los progresos de McLaren y Williams, que van siguiendo la estela en las previas a la carrera, de Red Bull y Haas.
Conseguir liberar carga aerodinámica en el AMR23 de Fernando es la tarea principal de los ingenieros de Aston Martin, ya que de momento el coche se ve lastrado en las clasificaciones.
Si bien en carrera el monoplaza de Alonso ha demostrado capacidad competitiva, las cifras demuestran que la reducción de la carga aerodinámica, ahora mismo son un hándicap, y está con margen de mejora frente al 30% de Drag que consigue Red Bull, casi un 10% mas que Aston Martin.