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Cien años del Fiat Mefistofele, una bestia con motor de avión y chasis de autobús

En el corazón del centro histórico Fiat, una de las piezas más emblemáticas de la colección ha capturado el protagonismo durante las celebraciones del 125 aniversario de la marca. Se trata del legendario Fiat Mefistofele, un automóvil que ha dejado una huella indeleble en la historia del automovilismo.

Este vehículo, una auténtica joya de la ingeniería, ha sido el centro de atención de numerosos eventos celebrados durante el verano en Turín. Con una exposición multimedia en el museo de la marca y una conferencia respaldada por Torino Capitale della Cultura d’Impresa 2024 y el Museo Nacional del Automóvil de Turín (MAUTO), el Fiat Mefistofele ha vuelto a ocupar el lugar de honor que merece.

Fiat Mefistofele y su creador británico

Fiat Mefistofele

Hablar del Fiat Mefistofele es evocar la figura de su creador, Ernest Eldridge, un británico nacido en 1897 en el seno de la alta burguesía londinense. Como muchos jóvenes de su época, Eldridge encontró en las nuevas tecnologías, como el automóvil y la aviación, un terreno fértil para desarrollar su espíritu aventurero y alcanzar la gloria.

Abandonó sus estudios para luchar en la Primera Guerra Mundial, donde tuvo su primer contacto significativo con los automóviles como conductor de ambulancias. Tras el conflicto, Eldridge decidió seguir su pasión por la aviación y los deportes de motor, con el firme propósito de establecer un récord de velocidad que perdurara en el tiempo.

La estrategia de Eldridge para alcanzar su objetivo era clara: adaptar un motor de avión a un automóvil de carreras. En aquel tiempo, los pilotos de competición eran considerados verdaderos ‘caballeros conductores’, sin el respaldo de grandes equipos de ingenieros ni diseñadores.

Estos pioneros debían utilizar sus propios medios, buscando piezas en desguaces y chatarerías, experimentando constantemente en busca de las mejores prestaciones. Siguiendo este proceso, en 1921 Eldridge construyó un vehículo que, gracias a un motor de avión de 240 CV, fue capaz de alcanzar los 150 km/h, un logro impresionante para la época, pero que no satisfacía su ambición.

Motor de avión y carrocería de autobús

Fiat Mefistofele

El siguiente paso en su búsqueda por la velocidad fue confiar en la tecnología de la marca italiana. Eldridge adquirió un Fiat SB4 de 1907, un coche de competición que ya había quedado obsoleto, y lo equipó con un motor Fiat A.12, un potente motor de seis cilindros utilizado en aviones de reconocimiento y bombarderos.

Este motor tenía un rendimiento excepcional en el aire, pero adaptarlo a un automóvil no sería tarea fácil. Eldridge modificó los cilindros para incorporar cuatro válvulas con bujías Magneti Marelli y utilizó la carrocería de un autobús londinense accidentado para completar su creación.

El resultado fue el Fiat Mefistofele, un auténtico monstruo capaz de desarrollar 350 CV a 1.800 rpm, cuyo rugido ensordecedor le valió su temible nombre. El Mefistofele pronto llamó la atención. Delage, una marca especializada en coches de carreras y su piloto estrella, René Thomas, varias veces campeón de las 500 Millas de Indianápolis, lo retaron a un duelo para intentar batir el récord del mundo de velocidad. Su arma: el Delage V12 La Torpille de 350 CV. La cita: julio de 1924 en la Route Nationale 20, cerca de Arpajon (Francia). Eldridge recogió el guante.

Fiat Mefistofele, récord de velocidad de la época

El 5 de julio, el Fiat Mefistofele consiguió el Récord Mundial en pista de tierra alcanzando los 230,55km/h. Pero, sus contrincantes reclamaron el título por no disponer de marcha atrás, un requisito para homologar la plusmarca. Al día siguiente, batirían el récord, con 230,63 Km/h.

Fiat Mefistofele

Esto no desanimó a Eldridge que, con la ayuda de un herrero local, logró incorporar un dispositivo de marcha atrás para su bólido. Con esta modificación, volvió a la carretera el 12 de julio y saboreó su revancha: 234,98 Km/h, una cifra que le haría entrar en la leyenda. Y todavía presume de algunos récords en su historial.