Si alguna vez has usado tu propio coche para realizar un trayecto laboral o ir a una reunión fuera de la oficina, probablemente sin saberlo, formas parte de lo que se conoce como la Flota Gris. Este término se refiere al conjunto de vehículos particulares que los empleados utilizan en tareas laborales, sin que estos coches pertenezcan oficialmente a la empresa.
Sorprendentemente, según un estudio realizado por Continental y Fundación CEA, la mayoría de los españoles desconocen este concepto, aunque el 70% de ellos se identifican dentro de esta “flota”. Este fenómeno afecta a miles de personas que diariamente emplean su coche para fines laborales, un dato que resalta la importancia de regular su uso y optimizar sus implicaciones en seguridad, economía y medioambiente.
3La Flota Gris y el impacto ambiental
El uso de vehículos particulares también tiene un impacto en términos de sostenibilidad. Un 58% de los encuestados que abogan por una regulación de la Flota Gris lo hacen principalmente por motivos ambientales. La mayoría de estos coches funcionan con gasolina (64%), y aunque el parque de vehículos híbridos y eléctricos ha comenzado a ganar terreno, representa solo el 14% de los coches utilizados en estos desplazamientos laborales. La necesidad de reducir la huella de carbono se presenta entonces como una de las motivaciones de esta demanda de regulación.