El nuevo Ford GT, ganador de Las 24 horas de Le Mans en 2016, es un superdeportivo equipado con más de 50 sensores diferentes que facilitan información en tiempo real sobre factores que van desde la posición de los pedales, el volante y el alerón trasero desplegable hasta la humedad ambiental y los niveles de brillo solar.
Estos datos se generan a un ritmo de 100 GB por hora, y son procesados por más de 25 sistemas que lleva a bordo que comprenden 10 millones de líneas de código de software, más que un avión de combate.
Control absoluto
Los sensores permiten que el rendimiento del motor, el control de estabilidad, la amortiguación con suspensión activa derivada de la F1 y la aerodinámica activa se ajusten continuamente dentro de los parámetros de los modos de conducción configurables a bordo.
El Ford GT incluye posavasos retráctiles es una de las características que distinguen a la versión de carretera de este superdeportivo. Fabricados en aluminio, se encuentran ocultos en la consola central.
Asimismo, incorpora el sistema de repostaje Ford Easy Fuel. Este sistema permite un repostaje más fácil y evita que se utilice el combustible equivocado en el motor EcoBoost V6 de 3.5 litros con 647 CV de potencia.