Muchos amantes del volante tienen la tendencia de pisar el acelerador a fondo en ciertas calles poco transitadas e incluso tranquilas, sin embargo, para sorpresa de muchos, allí es donde se encuentra el oficial midiendo con su radar a qué velocidad vamos, y frenar de golpe, no creemos que sea una buena opción
2De 200 a 500 euros
La explicación se encuentra en el artículo 53 del Reglamento General de Circulación, donde hay un apartado denominado «Disminución de la velocidad y de la distancia entre vehículos». Suponiendo que un especialista piense que esa disminución inesperada de la velocidad no tiene ningún soporte y, además, borra el espacio de seguridad que debemos dejar respecto al vehículo que nos precede, podría endosarnos una multa de 200 euros además de la retirada de cuatro plazas en el permiso de conducir por tratarse de una infracción importante.
En el escenario más pesimista, según las directrices vigentes, esta actividad puede ser considerada como conducción temeraria si con esta disminución extrema de la velocidad ponemos en peligro a otros clientes de la calle. Por esta situación, tal y como ha llamado la atención la Dirección General de Tráfico en algunos sucesos, la sanción económica ascendería a 500 euros y la deficiencia de focos a seis.