Llenar el depósito de combustible se ha convertido en un gran dolor de cabeza en nuestra sociedad actual, donde la gasolina ya viene subiendo desde hace meses porque la oferta de crudo no está siendo acompañada por la subida de la demanda y, consecuentemente, se están alcanzando precios históricos. Cada oportunidad que se presenta, entonces, de comparar precios y ahorrar unos céntimos se recibe ahora como un oasis en medio de un desierto de preocupación en España. ¿Qué ocurre con el precio de la gasolina? ¿Por qué se están alcanzando estos niveles históricos? Y, cómo no, intentando llegar un poco más lejos en pos de mejorar nuestra salud financiera, ¿Qué diferencias hay entre unas gasolineras y otras?
3¿Dónde está el truco entonces de la gasolina low-cost?
Hay una diferencia fundamental, evidenciada en los aditivos que se les añade a la gasolina (o diésel). Los productos químicos que se les incluye cambian es una gasolinera tradicional, con respecto a las low-cost. Estos aditivos se echan normalmente para tener mejoras en el propio combustible, como la eficiencia de la combustión. Esto es lo que encontramos en las gasolineras de toda la vida y lo que, en teoría, no podemos ver en las low-cost. Esos extras que hay en las gasolineras a las que estamos acostumbrados aportan mayor calidad al combustible, mejorando su lubricidad, reduciendo su consumo y, en última instancia, las emisiones de CO2.
A largo plazo repostar en gasolineras tradicionales puede resultar beneficioso para tu motor, ya que es un carburante que tiene más calidad. Dicho de otro modo, al vehículo no le afecta prácticamente en el día a día pero el motor se beneficia con carburantes de más calidad a largo plazo para aumentar así su durabilidad.
