Muchos conductores recurren al uso de gasolina low cost frente al aumento del precio de la gasolina, cada vez más difícil de abordar para la mayoría de los bolsillos. Prestar atención a cada letrero luminoso de las gasolineras que aparecen por el camino se ha convertido en una costumbre completamente interiorizada por los conductores, desde que el gasoil y el diésel llegaron a alcanzar precios por encima de los dos euros.
La diferencia de precio, aunque solo se trate de unos céntimos el litro, puede suponer un desembolso de más de 5 euros de diferencia por cada tanque repostado. Los que tienen que utilizar su vehículo personal a diario son los que más notan ese ahorro a final de mes. Por eso, para estos conductores elegir opciones low cost para llenar el depósito acaba suponiendo un ahorro considerable a final de mes. Muchas personas se preguntan si este tipo de combustibles baratos son malos para los coches. Veamos la respuesta a tan debatida cuestión.
3Las low cost recortan en otro tipo de costes
Por lo tanto, si temes que tu coche sufra alguna avería por repostar gasolina más barata, no tienes motivos para ello. Todos los combustibles tienen la misma calidad porque han tenido que superar los mismos controles. Las gasolineras más caras ofrecen un carburante con aditivos, mientras que las low cost ofrecen el combustible simple.
Además, en muchas gasolineras low-cost o en aquellas asociadas a los supermercados, buscan reducir costes adicionales del servicio de repostaje, por lo que suelen ser autoservicio, recortan en personal… y, de esta forma, también consiguen recortar costes para ofrecer un servicio más barato.