La OCU, como referente en la defensa de los consumidores, ha abordado la cuestión de la gasolina low-cost frente a la convencional en un reciente informe. En un contexto económico complicado, donde los ciudadanos buscan maneras de ahorrar, la elección del combustible adecuado se vuelve crucial.
El aumento del IPC, los elevados precios del alquiler y la vivienda, y los sueldos estancados han contribuido a la necesidad de optimizar los gastos diarios, incluido el combustible para los vehículos.
2La disyuntiva entre low-cost y calidad
La OCU aclara que algunas gasolineras asociadas a supermercados venden combustibles a un precio significativamente más bajo que las estaciones de servicio de grandes marcas, lo que podría traducirse en ahorros considerables a lo largo del año. Sin embargo, existe un debate sobre si la gasolina low-cost es de peor calidad y si podría dañar los motores de los automóviles.
La organización destaca que todos los combustibles vendidos en España cumplen con requerimientos mínimos de calidad. Aunque la opción low-cost pueda ser atractiva para ahorrar dinero, algunos desaconsejan su uso argumentando que podría ser perjudicial para los motores. La OCU se suma a este debate, evaluando la veracidad de estas afirmaciones y proporcionando información objetiva para que los consumidores tomen decisiones informadas.
