El mercado de los combustibles en España enfrenta un desafío alarmante: la proliferación de gasolineras clandestinas que están inundando la cadena de suministro con combustible adulterado o de baja calidad. Este fenómeno que no para de crecer y crecer ha generado una crisis en la confianza de los consumidores y ha provocado daños costosos en numerosos vehículos en todo el largo y ancho de España, especialmente en la región de Andalucía. Poca broma con ello.
1El impacto de las empresas clandestinas
El problema se ha agravado debido a la rápida proliferación de pequeñas empresas distribuidoras que operan de manera fugaz, abriendo y cerrando en un corto período de tiempo para evitar pagar el IVA correspondiente a Hacienda. Estas empresas, muchas de las cuales recurren a distribuidores de reputación dudosa para obtener carburante, suministran combustibles de baja calidad a estaciones de servicio, especialmente a aquellas de bajo coste que basan su decisión de compra en el precio más que en la calidad del producto.