En un intento de fomentar la competencia y reducir los precios de los combustibles, el Gobierno de España aprobó en 2015 una ley que permitía a pequeñas gasolineras y distribuidores actuar como las grandes distribuidoras, vendiendo combustible a otras estaciones de servicio. Sin embargo, esta medida bien intencionada se convirtió en la raíz de un fraude que persiste en la actualidad, afectando al mercado de los carburantes.
5El cambio de paradigma y la estabilización del mercado
Con la prohibición de la práctica de venta de hidrocarburos al por menor por parte de pequeñas gasolineras y distribuidores, se espera que el mercado experimente un cambio significativo. A medida que las nuevas normativas se implementen y se haga cumplir la prohibición a partir del 28 de marzo, se anticipa una estabilización en los precios de los combustibles en toda España.
Este cambio de paradigma no solo apunta a frenar el fraude estimado en 700-800 millones de euros anuales, sino que también busca nivelar el terreno de juego en el sector de los carburantes. Los consumidores podrían beneficiarse de una competencia más justa entre las estaciones de servicio, lo que potencialmente resultaría en precios más transparentes y consistentes en todo el país.
En conclusión, el truco que algunas gasolineras empleaban para ofrecer precios más bajos parece llegar a su fin con la nueva legislación. Este cambio regulatorio busca establecer una dinámica más equitativa en el mercado de los combustibles, proporcionando a los consumidores una mayor estabilidad y transparencia en los precios.
