El mundo de las gasolineras está cambiando rápidamente. El auge de las ‘low cost’ está empezando a suponer una amenaza para las grandes marcas tradicionales, como Repsol, Cepsa, Galp o BP. Con sus precios competitivos, estas nuevas alternativas están atrayendo cada vez más conductores que buscan ahorrar sin renunciar a la calidad del combustible. La tendencia hacia lo económico gana terreno. En este artículo, te contamos por qué las ‘low cost’ podrían significar el fin de las grandes petroleras.
5El futuro incierto para las estaciones tradicionales
Las grandes compañías ahora tienen un reto importante por delante. Aunque han construido su reputación a lo largo de los años y cuentan con infraestructuras sólidas y una gran red de estaciones, la amenaza de las ‘low cost’ es algo que no pueden ignorar. Hasta ahora, estas marcas tradicionales han respondido diversificando su oferta, ofreciendo servicios complementarios y soluciones más sostenibles, como la inclusión de puntos de recarga para vehículos eléctricos.
Sin embargo, esta estrategia puede no ser suficiente a largo plazo. Aunque el coche eléctrico está en auge, solo un 10,5% de los conductores españoles se plantea adquirir un vehículo eléctrico en los próximos años. Sigue siendo una minoría. El mercado del combustible fósil sigue siendo el dominante, y las estaciones de servicio tradicionales deberán buscar nuevas formas de competir con las cada vez más presentes ‘low cost’, o arriesgarse a caer en su cuota de mercado.