Cuando hablamos de normas de circulación en túneles, la mayoría de los conductores piensan inmediatamente en la obligatoriedad de encender las luces. Sin embargo, hay un gesto mucho más crucial para garantizar la seguridad en estos tramos: mantener una adecuada distancia de seguridad. Este aspecto, que a menudo pasa desapercibido, es vital para evitar accidentes en una situación que ya de por sí tiene características especiales.
En un túnel, la visibilidad reducida, los espacios confinados y la ausencia de escapatorias hacen que cualquier accidente sea potencialmente más grave. Por ello, respetar la distancia de seguridad es más que una norma; es una medida preventiva esencial. Si el coche de delante realiza una frenada de emergencia, mantener el espacio adecuado nos asegura el tiempo necesario para reaccionar y detenernos a tiempo. Además, guardar esta distancia no solo protege a quien circula detrás, sino que también evita los temidos accidentes en cadena. Estos incidentes, que suelen implicar múltiples vehículos, son mucho más probables en un túnel.
1Cómo calcular la distancia de seguridad
Para cumplir con esta norma, la Dirección General de Tráfico (DGT) ofrece un método muy sencillo que todos los conductores pueden aplicar. Se trata de contar mentalmente el tiempo que pasa desde que el coche de delante cruza un punto de referencia fijo en el túnel, como una señal o una marca en la pared, hasta que lo cruzamos nosotros. La cuenta debe realizarse diciendo «1001, 1002…» de forma pausada, y el objetivo es que transcurran al menos 4 segundos de separación.
Si bien este método es válido en cualquier tramo de carretera, en los túneles la DGT insiste en duplicar la distancia. Esto equivale a mantener unos 100 metros o 4 segundos de separación mínima, lo cual proporciona un margen extra de seguridad. Incluso si el tráfico parece fluido, mantener este espacio es clave para adaptarse a las condiciones particulares de los túneles.