Google Maps es una de las herramientas de navegación más utilizadas en el mundo, pero muchas veces los usuarios se encuentran con una situación curiosa: la aplicación no siempre muestra la ruta más rápida. Aunque podría parecer un error o una forma de “trollear” a los conductores, esta decisión tiene una lógica detrás.
La plataforma utiliza algoritmos complejos para calcular rutas, y en ese proceso prioriza otros factores además del tiempo. Por ejemplo, la aplicación puede optar por caminos que sean más seguros, que reduzcan la cantidad de intersecciones complicadas o que tengan menor impacto ambiental.
3Las preferencias del usuario también importan
Las rutas que Google Maps sugiere no solo dependen de factores externos como el tráfico o la sostenibilidad, sino también de las preferencias configuradas por el usuario. Por ejemplo, si has desactivado las opciones de peajes o autopistas, la aplicación evitará incluir estas rutas en sus sugerencias.
Además, Google Maps aprende de tus hábitos de conducción. Si habitualmente tomas ciertas calles o evitas otras, el algoritmo podría ajustar sus recomendaciones para alinearse con tus preferencias personales.