Elon Musk, el visionario y controvertido director ejecutivo de Tesla, ha polarizado la opinión pública en los últimos años. Mientras algunos lo ven como un innovador imparable, otros lo consideran una figura cada vez más problemática. Esta división ha escalado hasta el punto de provocar actos de vandalismo dirigidos a la marca que lidera. La más reciente manifestación de este enojo ocurrió en un concesionario Tesla en Loveland, Colorado, donde las paredes y los vehículos fueron cubiertos con graffiti reminiscentes de la década de 1920.
El Departamento de Policía de Loveland recibió un llamado de alerta alrededor de las 7 a. m. de hoy sobre un intento de incendio en las instalaciones de Tesla, ocurrido poco después de la medianoche. Además del fuego frustrado, los oficiales encontraron el edificio y varios automóviles vandalizados con pintadas ofensivas y con símbolos evocadores de una era pasada de radicalismo ideológico. Si bien las autoridades no han revelado el contenido exacto de los mensajes, reportes iniciales mencionaron que incluían frases como «Autos nazis» y una «X» pintada con aerosol en los parabrisas.
Varios ataques a diferentes concesionarios de Tesla
El ataque no es un hecho aislado. En las últimas semanas, Tesla ha sido blanco de ataques similares. El 29 de enero y el 2 de febrero, otros concesionarios de la marca sufrieron incidentes vandálicos, aunque de menor magnitud. Esta tendencia creciente apunta a una reacción negativa de ciertos sectores de la sociedad ante los posicionamientos públicos de Musk. Su reciente aparición en una celebración en honor al expresidente Donald Trump, donde realizó un gesto interpretado como un saludo cuestionable, ha generado indignación en varios círculos. Además, su apoyo manifiesto a movimientos de extrema derecha como el partido Alternativa para Alemania (AfD) ha sido señalado como un factor que aviva la controversia.
Históricamente, los graffitis han sido utilizados como una forma de protesta, desde los murales revolucionarios de principios del siglo XX hasta los mensajes políticos en muros de ciudades contemporáneas. En este caso, el vandalismo en los concesionarios de Tesla parece hacer eco de épocas en las que los automóviles y sus fabricantes eran símbolos de poder y control. Los mensajes plasmados en las instalaciones evocan discursos de tiempos pasados, reviviendo temores de intolerancia y polarización social.
Las medidas que tomarán las autoridades para cuidar a Tesla
Las autoridades locales han intensificado sus esfuerzos para identificar a los responsables de estos ataques. En colaboración con el FBI y la ATF, la policía de Loveland busca esclarecer los motivos y detener a los perpetradores. A medida que avanza la investigación, surgen preguntas sobre el papel de las figuras públicas en la escalada de tensiones y el impacto de sus declaraciones en la percepción de sus seguidores y detractores.
Por ahora, los concesionarios de Tesla no solo venden automóviles eléctricos, sino que también se han convertido en lienzos para una narrativa política cada vez más encendida. Mientras el debate en torno a Elon Musk continúa, queda por ver si este tipo de ataques se convertirán en una constante o si la marca podrá distanciarse del huracán político que la envuelve.