El verano trae consigo el sol, las vacaciones y la tan esperada libertad de la carretera. Millones de conductores españoles se lanzan a sus destinos de descanso, y los moteros aprovechan al máximo esta temporada para hacer rutas y escapadas. Sin embargo, este periodo idílico oculta un peligro mortal: la somnolencia al volante, responsable de uno de cada cuatro accidentes de tráfico. Este enemigo silencioso, que muchas veces no se percibe hasta que es demasiado tarde, amenaza tanto a conductores como a motoristas.
1Efectos devastadores de la somnolencia en la conducción
La somnolencia al conducir no solo es peligrosa, es letal. Los expertos de AMV, líderes en seguros de moto, subrayan varias formas en que el cansancio afecta nuestra capacidad para manejar una moto de manera segura.
Primero, la somnolencia incrementa nuestro tiempo de reacción. Si el vehículo delante de nosotros frena de repente, nuestros reflejos adormecidos pueden impedirnos accionar los frenos a tiempo, provocando una colisión. Además, la fatiga ocular y la visión borrosa dificultan la percepción clara de los objetos y las señales en la carretera, aumentando el riesgo de deslumbramientos y errores críticos.
La concentración también se ve gravemente afectada. Conducir en una carretera monótona puede llevarnos a un estado de semiinconsciencia, donde nuestras decisiones son más lentas y menos precisas. La información tarda más en ser procesada, haciendo que nuestros movimientos sean torpes y automáticos. En el peor de los casos, podemos sufrir microsueños, aquellos lapsos breves pero peligrosos en los que literalmente nos dormimos por unos segundos.
