Imagina el día de tu examen práctico de conducir, ese momento tan esperado en el que la tensión se siente en el ambiente y cada movimiento al volante parece definitivo. Ahora, imagina que, además de tu propia presión, el profesor que te acompaña ha consumido sustancias prohibidas. No es solo una pesadilla para cualquier aspirante a director, sino una realidad que ha salido a la luz en Palma. La Guardia Civil de tráfico detectó recientemente a un profesor de autoescuela bajo los efectos del THC, el principal compuesto psicoactivo del cannabis, mientras se realizaba un examen de conducción.
2Actuaciones de la Guardia Civil
El protocolo de la Benemérita era claro y firme. Se detuvo el examen, el profesor fue apartado de sus funciones y, de inmediato, se comunicó con la autoescuela para que otro profesional tomara el relevo. El centro de formación no tardó en reaccionar: la decisión fue despedir al profesor afectado, quien ya había tenido antecedentes por conducir bajo los efectos del alcohol. Tras acumular varias infracciones graves, el instructor se quedó sin los puntos necesarios para seguir circulando. Esto es más que un simple contratiempo laboral: es un reflejo de las graves consecuencias de no respetar la normativa de tráfico, especialmente en un ámbito tan sensible como el de la formación vial.
Este caso pone de manifiesto una realidad incómoda: la necesidad de controles estrictos no solo para los conductores en formación, sino también para quienes los enseñan. Los profesores de autoescuela deben ser un ejemplo de conducta y responsabilidad en la carretera, y estar bajo los efectos de cualquier sustancia, ya sea alcohol o drogas, pone en peligro no solo al alumno, sino también al examinador ya todos los usuarios de la vía. .