Imagina el día de tu examen práctico de conducir, ese momento tan esperado en el que la tensión se siente en el ambiente y cada movimiento al volante parece definitivo. Ahora, imagina que, además de tu propia presión, el profesor que te acompaña ha consumido sustancias prohibidas. No es solo una pesadilla para cualquier aspirante a director, sino una realidad que ha salido a la luz en Palma. La Guardia Civil de tráfico detectó recientemente a un profesor de autoescuela bajo los efectos del THC, el principal compuesto psicoactivo del cannabis, mientras se realizaba un examen de conducción.
4Recordando los limites
La normativa vigente es clara: cualquier conductor, sea un particular o un profesional, debe respetar los límites de alcohol y drogas en sangre. En el caso de los profesionales del volante, como los profesores de autoescuela, la tolerancia es aún menor. En España, la tasa máxima permitida para un conductor particular es de 0,5 gramos por litro en sangre, mientras que para los conductores profesionales, como taxistas o profesores de autoescuela, el límite baja a 0,3 gramos. En el caso de las drogas, la legislación es de tolerancia cero.
Este tipo de controles no solo busca sancionar a quienes incumplen la ley, sino también proteger a los usuarios de la vía, especialmente a aquellos que están en pleno proceso de formación. Los alumnos confían en que su profesor será una guía segura, y cualquier negligencia en este sentido puede derivar en graves consecuencias.
El incidente en Palma es un recordatorio de que la seguridad vial es una responsabilidad compartida. No solo los conductores en formación deben estar atentos y cumplir con las normas; los profesores y examinadores también deben ser un ejemplo. Y cuando alguien falla en cumplir con su deber, la Guardia Civil está ahí para garantizar que la seguridad de todos siga siendo la prioridad número uno.