Negarse a realizar una prueba de alcoholemia en un control de tráfico no es solo una opción que tienes como conductor, sino una decisión con graves consecuencias legales. La Guardia Civil, encargada de velar por la seguridad en nuestras carreteras, advierte que esta actitud puede complicarte más la vida que si simplemente aceptaras soplar. ¿Por qué? En este artículo, te lo explicamos.
1El impacto del alcohol en los accidentes de tráfico
El alcohol sigue siendo uno de los mayores responsables de accidentes en las carreteras españolas. Según datos recientes de la Dirección General de Tráfico (DGT), el alcohol está implicado en casi la mitad de los siniestros viales. Este año, se han llevado a cabo más de seis millones de controles de alcoholemia, una cifra que refleja la persistencia del problema.
No se trata solo de evitar sanciones, sino de entender que conducir bajo los efectos del alcohol pone en peligro no solo tu vida, sino también la de los demás. Por eso, las autoridades tienen la capacidad de pedirte que te sometas a esta prueba, ya sea de forma aleatoria o si existe alguna razón evidente, como cometer una infracción o estar involucrado en un accidente con indicios de haber bebido.
