Negarse a realizar una prueba de alcoholemia en un control de tráfico no es solo una opción que tienes como conductor, sino una decisión con graves consecuencias legales. La Guardia Civil, encargada de velar por la seguridad en nuestras carreteras, advierte que esta actitud puede complicarte más la vida que si simplemente aceptaras soplar. ¿Por qué? En este artículo, te lo explicamos.
3Los riesgos de la sintomatología
El asunto se complica si muestras signos evidentes de haber consumido alcohol. Si el agente detecta movimientos torpes, habla incoherente o cualquier otro síntoma compatible, se redactará un acta de sintomatología. Este documento es clave, ya que puede llevarte a enfrentarte a un delito penal mucho más serio.
Las sanciones penales pueden incluir la retirada del carnet de conducir durante un periodo de entre 1 y 4 años y, en casos extremos, una pena de prisión de hasta un año. Ello significa que negarte a soplar en un control puede derivar en un escenario mucho más grave que si simplemente hubieras asumido la prueba y sus posibles consecuencias.