Negarse a realizar una prueba de alcoholemia en un control de tráfico no es solo una opción que tienes como conductor, sino una decisión con graves consecuencias legales. La Guardia Civil, encargada de velar por la seguridad en nuestras carreteras, advierte que esta actitud puede complicarte más la vida que si simplemente aceptaras soplar. ¿Por qué? En este artículo, te lo explicamos.
6¿Qué hacer en un control de alcoholemia?

Si te enfrentas a un control de alcoholemia, lo mejor que puedes hacer es cooperar. Aceptar realizar la prueba no solo evita sanciones adicionales, sino que demuestra tu compromiso con la seguridad vial. Si crees que has sido injustamente acusado o que el acta de sintomatología no refleja tu estado real, siempre tienes el derecho de recurrir con la asesoría de un abogado.
El mensaje de la Guardia Civil es claro: negarse a soplar no es una solución. Si has bebido, lo más responsable es evitar conducir. Las consecuencias de tomar malas decisiones pueden ir desde sanciones económicas hasta perder tu libertad. La seguridad en las carreteras depende de todos y empieza con nuestras decisiones individuales.