La Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, encargada de hacer cumplir las normas de tráfico en las carreteras españolas, se encuentra en el centro de la polémica debido a la elección de sus nuevos vehículos. Según la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC), los responsables de adquirir estos coches han cometido errores que llevan a los agentes a incumplir las mismas normas de tráfico que están encargados de hacer respetar.
La AEGC señala que uno de los problemas principales es el reducido tamaño del maletero de los nuevos vehículos entregados a la Guardia Civil de Tráfico. Esta limitación de espacio obliga a los agentes a transportar parte del material necesario para realizar sus funciones suelto en las plazas traseras. Según la asociación, esta práctica es sancionable, ya que va en contra del precepto que prohíbe «conducir un vehículo sin cuidar de la adecuada colocación de los objetos o algún animal transportado para que no interfieran en la conducción».
2Vehículos no operativos y falta de autonomía
Además de los problemas relacionados con el espacio en el maletero, la AEGC destaca otras deficiencias en los nuevos vehículos. Señalan que la colocación de objetos en la bandeja trasera también afecta la operatividad de los coches. Además, critican la autonomía limitada de estos vehículos, que tienen una capacidad de recorrer solo 325 kilómetros con una sola carga.
Esta distancia, según la AEGC, es insuficiente para cumplir con las labores diarias de la Agrupación de Tráfico, que a menudo supera o duplica esa cifra en cada turno. La asociación plantea preguntas válidas sobre la practicidad de estos vehículos, especialmente en áreas donde las gasolineras son escasas y no siempre accesibles, sobre todo durante la noche. La posibilidad de que los agentes se queden sin combustible en pleno servicio plantea preocupaciones adicionales y cuestiona la eficacia de estos nuevos coches para las tareas de la Guardia Civil de Tráfico.
