El ahorro del combustible siempre ha sido un hábito que ha preocupado a muchos conductores. Con los precios que marcan los surtidores en la actualidad, ese ahorro se ha convertido en una práctica más importante que nunca. Hay ciertas estrategias que se pueden implementar en la conducción para intentar reducir el consumo de combustible, que son de sobra conocidas, pero que quizás no son tan buenas para el coche como pensamos.
Salvo medidas de ahorro muy drásticas y nada recomendables, hay ciertos hábitos que van desgastando los componentes del coche de manera paulatina. En este artículo te traemos seis malas costumbres de ahorro que se pueden acabar traduciendo a la larga en averías muy costosas.
2Evitar que el motor se revolucione
Este truco está muy ligado al anterior: mayor nivel de revoluciones, más consumo. Por eso muchas veces se recomienda no sobrerevolucionar el motor. Sin embargo, esta práctica y la anterior, no es especialmente positiva para los motores diésel. Este tipo de motores alcanza su mayor rendimiento con un régimen de revoluciones altas.
En los diésel modernos esta dependencia es menor, y llegar a la marca roja de las revoluciones en estos coches no significa que vayan a conseguir acelerar más. Sin embargo, hasta en los diésel modernos es vital que el motor alcance regímenes elevados de vez en cuando. Ya que si se fuerza a trabajar siempre a bajas revoluciones, el resultado es fatal para los sistemas anticontaminación que incorporan. Por eso, en este tipo de coches se recomienda alternar trayectos urbanos con alguna escapada por carretera donde el motor puede estar cerca de su rendimiento real. En este caso aunque consumas más combustible, te ahorrarás dinero en averías.