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Hidrógeno rosa: la alternativa barata del hidrógeno verde que podría revolucionar el mercado

El color del hidrógeno determina la forma de producción de este, además de ser un indicador de la cantidad de emisiones que genera en el proceso.

En el verano de 2021 la Comisión Europea presentó un paquete legislativo masivo sobre propuestas  climáticas y energéticas para poner en marcha el Pacto Verde Europeo. Estas medidas, conocidas como «Fit for 55», colocan a la UE en un camino para alcanzar la neutralidad climática de una manera justa, rentable y competitiva para 2050.

El objetivo intermedio implica la reducción de las emisiones netas de gases de efecto invernadero en al menos un 55 % para 2030, en comparación con los niveles de 1990. Para cumplir esos objetivos, el hidrógeno se presenta como una tecnología clave.

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Todo depende de la forma de extracción

Pero hemos de diferenciar entre los distintos tipos de hidrógeno, ya que su color determinará su utilidad en el camino hacia la neutralidad climática. Si el hidrógeno es un gas que no tiene color, ¿por qué hablamos de hidrógeno verde, azul, gris, etc.?

El hidrógeno es el elemento más abundante del universo pero siempre se encuentra acompañado de otros. Para poder obtenerlo resulta necesario separarlo de dichos elementos. El tipo de energía que se utiliza en el proceso (y su procedencia, renovable o no), determina el color que le otorgamos. De esta manera, nos encontramos con hidrógeno verde, rosa-violeta-rojo, amarillo, blanco, turquesa, negro-gris, azul y marrón.

Esta codificación por colores probablemente tenga fecha de caducidad. Con vistas a un futuro neutro en carbono, tendremos que ir reemplazando las opciones menos respetuosas con el medio ambiente, que se han venido utilizando tradicionalmente en procesos industriales, por alternativas que emiten menos gases a la atmósfera, hasta llegar a un escenario 100 % verde. En este contexto, el hidrógeno verde será el protagonista.

La Comisión Europea facilitará que el hidrógeno producido a partir de energía nuclear, el rosa, se considere “hidrógeno renovable”. España y Alemania no estaban de acuerdo con esta postura. Sin embargo, Francia y otros ocho países sí lo apoyaban. De hecho, proyectos como el hidroducto Barcelona-Marsella, peligraban sin esta consideración.

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