La convivencia entre coches, bicicletas o patinetes en la carretera no es sencilla. Pero cada día esta convivencia es más habitual, sobre todo en las grandes ciudades. Los vehículos de dos ruedas son los más desprotegidos y un accidente con un coche involucrado puede resultar fatal.
Algunos de estos accidentes que acechan a los usuarios de vehículos de dos ruedas tienen lugar cuando un conductor o un ocupante de un vehículo abre la puerta del coche. Si esta da al carril contiguo a la circulación y si no se comprueba si se aproxima otro vehículo, se puede producir dicho percance, fácilmente subsanable. ¿Has oído hablar de abrir una puerta a la holandesa?
2Cuando no se pueda salir hacia la acera, mejor hacerlo a la holandesa
Llevar a cabo este hábito de ‘a la holandesa’ con asiduidad también ayuda a impedir que un coche arrolle al pasajero cuando este quiere salir del vehículo. También es de gran ayuda cuando se trata de ocupantes de las plazas traseras, sobre todo porque estos carecen de espejos retrovisores en los que poder visualizar si se acerca algún vehículo.
En los Países Bajos, esta técnica no es sólo un consejo para los conductores, sino que se trata de una práctica muy extendida. El estar mucho más familiarizados con la convivencia coche-bici, hace que esta práctica de abrir la puerta a la holandesa se enseñe directamente en las autoescuelas. Si bien, es algo que desde pequeños ven hacer en el día a día.
La DGT aconseja salir a los ocupantes de un vehículo por el lado contrario al carril por el que circulan el resto de coches. Sin embargo hay situaciones en las que esta recomendación no se puede aplicar. En ellos abrir la puerta a la holandesa es la opción idónea para evitar riesgos.
Ahora bien, evitar estos riesgos no es sólo una obligación para las personas que se desplazan en los coches. Los ciclistas, motoristas o usuarios de patinetes, también tienen la obligación de extremar las precauciones cuando se aproximan a un vehículo. Con especial atención en el caso de que este se encuentre detenido, porque en ese momento es cuando sus ocupantes pueden bajar del mismo.
En ciudades como Madrid también existen ordenanzas municipales que recomiendan a los ciclistas a circular por el centro del carril, de forma que así se mantiene una distancia prudencial con el resto de vehículos en los adelantamientos.