El segmento de los vehículos compactos en España es uno de los más competidos, con decenas de contrincantes a cada cual mejor que se pelean por atraer a un comprador que a esos niveles busca diseño, fiabilidad, bajo consumo y espacio como ventajas destacadas entre un mar de características casi ya comunes a todos los modelos. Pero no todos consiguen combinar una lista de ventajas no muy fácil de entregar a la vez a cambio de una cantidad de dinero competitiva. El que consume poco es algo vulgar. El que destaca por calidad, ofrece poco espacio. El que rompe en diseño falla en la mecánica… en realidad hay pocos productos «redondos» en un segmento de clientes exigentes y de una edad media bastante baja que coincide con jóvenes que saben lo que quieren y conocen muy bien el producto.
Honda lleva años enamorando con su Civic a los clientes que buscan ante todo originalidad, pero que no quieren renunciar a otros aspectos importantes. Y eso lo demuestra con la versión de cinco puertas, pero también con el familiar Tourer. Y la más reciente actualización del compacto japonés ha traído consigo un avance técnico que permite cerrar el círculo de un coche que prácticamente lo tiene todo. Hablamos de un motor turbo diésel construido en aluminio y desarrollado por los ingenieros de Honda con todo lo que se le puede pedir a uno de estos propulsores. Tiene 1,6 litros de cilindrada, 120 caballos, inyectores de ocho orificios, una válvula EGR de baja presión, un turbo Garret que sopla a 1,5 bar de presión, rozamientos internos reducidos un 40 por ciento y un funcionamiento tan suave y silencioso como económico.
Consume sólo 3,6 l/100 km
Porque el Honda Civic dotado de este propulsor ha homologado oficialmente un consumo de 3,6 l/100 km, una cifra que no muchos rivales están en condiciones de igualar. Pero en este caso un bajo consumo no es sinónimo de unas prestaciones pobres, todo lo contario ya que el Civic 1.6 i-DTEC consigue cifras de lo mejorcito de su clase. Pero tan importante como las prestaciones o el consumo es el agrado de conducción y este motor y su forma de empujar y funcionar, consigue transmitir eficacia a todos los niveles y también colabora a la hora de alcanzar un elevado agrado de uso.
El Civic de Honda está bien hecho, algo que se nota al cerrar una puerta, accionar un mando, tomar una curva o abatir un asiento. Cada detalle del modelo japonés está calculado y cuidado al máximo para que dure y transmita solidez. Y para apoyar semejante puesta en escena, Honda ofrece 5 años de garantía en un compromiso extraordinario de cara a la tranquilidad del cliente.
A un gran maletero se le une un asiento trasero muy versátil y muchos detalles interesantes. Y dentro de la gama Civic también hay motores de gasolina con una relación prestaciones-consumos destacables, niveles de acabado para todos los gustos, cambios de marcha manuales y automáticos. Y todo ello a precios especialmente competitivos en un segmento no precisamente fácil.