La carrocería del nuevo HR-V es aerodinámica, con un estilo coupé acentuado por el camuflaje de los tiradores de las puertas traseras. Y es mágica, porque en un tamaño reducido (mide 4,29 metros, lo que un Mitsubishi ASX y dos centímetros más que un Mazda CX3), consigue ofrecer un espacio extraordinario para sus ocupantes de forma que si conduce cómodamente alguien de 1,90 metros, detrás suyo puede ir otro ocupante de la misma talla sin rozar con las rodillas en el asiento ni con la cabeza en el techo. Si a esta destreza de los ingenieros de Honda, lograda a partir de situar el depósito de combustible bajo el asiento del copiloto en vez de en su lugar habitual bajo el asiento trasero, sumamos un maletero de nada menos que 470 litros (350 en el CX-3, 356 en el Mokka o 439 en un Qashqai), el lado práctico del HR-V queda sobradamente cubierto. Y más con los denominados 'Magic Seat' que permiten un plegado vertical, tipo cine, de la banqueta trasera dejando hueco para transportar objetos de hasta 1,24 metros de altura.
El nuevo HR-V, que por cierto se fabrica en la planta que Honda tiene en Celaya, Guanajuato, en México, para EEUU, Canadá y Europa, utiliza la plataforma global de los Civic y Jazz pero con diferente distancia entre ejes. Con unos tarados de muelles y amortiguadores específicos para Europa, más firmes pero sin que afecten a la comodidad, el HR-V se deja conducir con facilidad y su manejo resulta agradable aunque si se aumenta el ritmo en zonas muy viradas no se obtienen trazadas tan limpias como la que ofrecen algunos de sus rivales.
Dos propulsores diferentes
El HR-V está disponible con dos propulsores, uno nuevo de gasolina 1.5 i-VTEC de 130 caballos disponible con cambio manual de 6 velocidades o automático CVT de 7, y otro turbodiésel 1.6 de 120 caballos ya conocido en Civic o CR-V asociado exclusivamente al cambio manual. Este cambio, derivado del utilizado por el Accord americano, se ha revisado concienzudamente y sus velocidades se engranan a través de una pequeña, precisa y deportiva palanca situada muy a mano, que requiere de cortos movimientos para reducir o subir marchas. Por su parte el cambio automático CVT recibe un software específico para Europa con algún 'gadget' adicional que aumenta el atractivo de un sistema de variador que pocas veces nos ha logrado convencer. En este caso el modo D sigue mostrando un funcionamiento algo antipático al acelerarse mucho el motor sin que la velocidad del vehículo vaya en consonancia. Sin embargo el modo S permite cambiar con las levas de serie hasta 7 marchas simuladas que suavizan el funcionamiento a la vez que otorgan mayor deportividad.
De hecho, la marcha elegida se mantiene aunque pisemos a fondo el acelerador y sólo cuando la aguja del cuentavueltas roza la zona roja, el CVT sube de marcha. Y la función 'Fast off' detecta con qué rapidez suelta el conductor el pedal del acelerador y mantiene las revoluciones del motor para proporcionar freno motor o cuándo el conductor se prepara para adelantar a un vehículo, pero no puede completar la maniobra momentáneamente. Pero lo mejor del cambio CVT es que reduce en 4 décimas el consumo del mismo motor pero con cambio manual.
Con el diésel de 120 caballos el HR-V se mueve todavía con mayor soltura y menor consumo, sin embargo el aumento de 1.800 euros en el precio final obliga a echar cuentas si no se recorren más de 15.000 kilómetros al año.
5 años de garantía
El acabado del HR-V es magnífico (aunque hemos detectado una sonoridad elevada en las versiones diésel) y la tradicional fiabilidad Honda siempre es un argumento de peso a la hora de elegir. Un argumento que se respalda con los 5 años de garantía sin límite de kilómetros que la marca japonesa ofrece para el HR-V. En cuanto al precio final es bastante competitivo si tenemos en cuenta que desde la versión básica (19.200 euros una vez restados los 2.000 de descuento de lanzamiento), se incluyen elementos como el climatizador automático, los asientos delanteros calefactables, los asientos traseros multiconfiguración, el sensor de faros, el freno de emergencia en ciudad o el 'Stop/Start'.