Seguimos conduciendo por nuestra extensa y queridísima geografía española con el Hyundai Tucson, un vehículo que parece que por más kilómetros que le hagamos no va a desfallecer. Y es que en menos de un mes ya lleva a sus espaldas la friolera cifra de diecisiete mil kilómetros. Sus reacciones en carretera cada vez son mejores, sus acabados aún no han mostrado muestra alguna de fatiga o desgaste y su interior se muestra tan silencioso en marcha como siempre. Pero no todo en él es perfecto, también tiene cosas que mejorar como su navegador o la conexión del teléfono manos libres. En ese afán que tenemos de seguir sumándole kilómetros al Tucson, las ciudades y pueblos que hemos visitado esta semana han sido Toledo, Mota del Cuervo, Pedroñeras, Benidorm y como siempre y aunque no lo pongamos nunca (ni hayamos hecho sesión de fotos como se merece, que la haremos) Madrid.
Un acabado interior que sorprende
Después de la pequeña introducción llega el análisis y como podéis comprobar esta vez me voy a centrar en su acabado interior. El Tucson destaca principalmente por estrenar un nuevo salpicadero diseñado específicamente para este modelo, y eso se nota. Con una forma más clásica quizás que los nuevos i30, su aspecto a simple vista resulta muy bueno. Los materiales que usa tienen un tacto más que agradable y se hacen sumamente manejables en el día a día, sin llevarte esa sensación cuando te bajas de que has estado manejando un juguete. El volante y la palanca de cambios vienen forrados en cuero, lo que ayuda a tener esa sensación de calidad duradera. Puede que a algunos la dureza al tacto no les termine de gustar, pero para gusto los colores. Pues con todo eso y tras tantos kilómetros de trote por parte de la redacción de Motor16 y la mía, los materiales se siguen viendo (y sobre todo notando) nuevos. Nada de desgaste, nada de holguras y por supuesto nada de ruidos parásitos
Otro aspecto que quiero destacar del interior del Tucson es su tapizado. Pese a ser de tela no echamos para nada en falta el cuero. Sus puntadas bien hiladas y su tacto invitan a realizar viajes sin que por ello nuestras posaderas sufran. Ya os hablamos en uno de nuestros artículos anteriores que los asientos resultaban muy ergonómicos y en éste solo queremos confirmarlo. Con la dureza apropiada y un agarre lateral excelente, devorar kilómetros en ellos es una gozada. Además, la tapicería está tratada para que si por error se nos derrama algún tipo de líquido éste se pueda limpiar de una forma sencilla sin tener que recurrir a ningún producto específico.
Con el aumento de dimensiones sufrido respecto al antiguo ix 35 se han mejorado los espacios para la cabeza, hombros y piernas. Y así pudieron comprobarlo dos buenos amigos que me acompañaron de viaje hasta la costera ciudad de Benidorm. En ningún momento tuvieron ese agobio común de estirar las piernas o de estar moviéndote incómodo para coger la postura correcta. Y este hecho no sólo pudieron comprobarlo en los asientos delanteros sino que también lo hicieron en los traseros. Cierto es que nuestra unidad de pruebas cuenta con techo panorámico y reduce unos centímetros la altura del techo, pero pese a ello el viaje lo hicieron bastante cómodos.
Un sistema de infoentretenimiento muy completo
Pero volvamos a su salpicadero. Como decía antes, éste resulta muy atractivo y contiene un tablero de instrumentos sencillo pero completo. Se compone de dos diales y una pequeña pantalla a color (a diferencia del i30 que la tiene en blanco y negro) con el ordenador de abordo. Éste último se maneja gracias a los mandos incorporados en el volante, que hacen gala de un nuevo diseño más cómodo y ordenado que los vistos en otros modelos de la marca. Con la parte derecha del volante podremos manejar el citado ordenador de abordo, activar o desactivar el control de velocidad (con dos modos: uno que no deja pasar de una determinada velocidad y otro que te la mantiene) y configurar todo el coche a nuestro gusto (incluyendo el encendido de luces, el intervalo del intermitente, y diferentes ajustes relacionados con el vehículo). El lado izquierdo por otra parte, se encarga del sistema multimedia, pudiendo subir y bajar el volumen, navegar por el menú de música del sistema de audio y coger y colgar llamadas del teléfono móvil.
Su manejo es muy sencillo y te permite tener el control de todo lo que tiene que ver con el coche sin quitar las manos del volante. A la hora de configurar el control de velocidad uno se siente piloto de Fórmula 1, puesto que para activarlo tienes que apretar un botón y para elegir la velocidad a la que pretendes ir tienes que mover una palanquita hacia abajo. Un detalle realmente genial. El sistema de sonido no se queda atrás e incluye una entrada auxiliar y otra USB que lee prácticamente todo (puedes conectar perfectamente un dispositivo MP4 con su cable que te lo va a leer). Además la navegación por las carpetas que tengas creadas se realiza a través de la pantalla principal del salpicadero de 8 pulgadas, así que resulta muy fácil todo. Por si esto te parece poco, los chicos de Hyundai han acompañado las entradas de audio con dos puertos para cargadores (o el aparato que quieras utilizar) de 12V. Un detalle realmente práctico en estos tiempos modernos en los que cualquier momento nos es válido para cargar nuestro teléfono móvil.
El climatizador bi-zona, como no podía ser de otra forma, es automático. Viene acompañado de dos diales con una pequeña pantalla donde veremos reflejados los grados, la dirección del aire y la fuerza que le hemos dado en un color azulado que completa muy bien el conjunto. El uso de los instrumentos es sencillo y muy intuitivo, así que en pocos segundos puedes adaptar la climatización del vehículo a tu gusto.
Todo sobresaliente… salvo el navegador y las llamadas móviles
Pese a lo bueno que nos demuestra este coche cada día no todo en él es perfecto. Y casi podemos dar gracias, porque sacarle una pequeña pega a este vehículo nos está siendo francamente difícil. En este caso el tirón de orejas se lo tenemos que dar al navegador, un opcional en el caso del Tucson más austero, que trabaja con el software de TomTom y que se maneja también con la pantalla táctil de 8 pulgadas del salpicadero. Pese a tener una configuración y un manejo sencillo su efectividad en algunas ocasiones ha sido mediocre. A la hora de mostrar el recorrido, las señalizaciones se nos antojan lentas y liosas, dudando siempre en el momento de elegir una salida en plena autopista si has quitado el volumen al navegador. Volumen que tendrás que bajar o quitar del todo si quieres seguir disfrutando de tu música sin interrupciones. Los mapas están muy actualizados y salvo por la lentitud de sus directrices funcionan correctamente, aunque quizás echamos en falta la incorporación de los radares en su software.
La última de las pegas tengo que ponérsela en la realización de las llamadas. El bluetooth funciona correctamente, conectado tu teléfono a la primera y casi de manera inmediata. Su configuración es igual de sencilla, rastreando sin problemas tu unidad y vinculando tu móvil a la memoria. Sin embargo los problemas surgen cuando realizas o te hacen una llamada e intentas hablar con la otra persona. Si tiene suerte, te escuchará en una especie de balbuceo esotérico si no directamente pasará a colgar y a llamarte en otro momento.
Por el momento no tengo más que deciros. En la siguiente entrega os hablaré nuevamente de consumos, porque tras el artículo del otro día algo no me terminaba de encajar. Hasta entonces estad atentos al Twitter de Motor16 para saber dónde estamos cada día y para decirnos qué más ciudades, pueblos, villas o lo que queráis podemos visitar.