Cuando hablamos del mantenimiento del coche, solemos pensar en el motor, el aceite, las luces o los frenos. Sin embargo, hay un elemento crucial que a menudo pasa desapercibido hasta que lo necesitamos desesperadamente. Esta “heroína silenciosa” puede marcar la diferencia entre quedarte varado en medio de la nada o llegar a tu destino con seguridad.
Es un componente que, paradójicamente, esperamos no tener que usar, pero cuya presencia y estado pueden ser determinantes. Muchas veces, nos olvidamos de ella porque está fuera de la vista, oculta en el maletero, y no pensamos en su existencia hasta que un pinchazo nos obliga a recurrir a ella. En ese momento crítico, descubrir que está en mal estado puede ser un verdadero problema. Hablamos hoy de la rueda de repuesto.
2Normativas y multas relacionadas con la rueda de repuesto
En cuanto a la normativa vigente, si el coche lleva una rueda de repuesto completa, homologada para circular, no existen limitaciones específicas en cuanto al kilometraje o velocidad, siempre que esté en buen estado y cumpla con las características del resto de las ruedas del vehículo. Sin embargo, si la rueda presenta deformaciones o su dibujo tiene una profundidad inferior a 1,6 milímetros, podrías enfrentarte a una multa de hasta 200 euros.
Por otro lado, muchos vehículos modernos están equipados con una rueda de emergencia de uso temporal, conocida como “rueda de galleta”. Estas ruedas están diseñadas para un uso limitado, generalmente entre 100 y 200 kilómetros, y no deben superar los 80 km/h. Superar estos límites puede aumentar significativamente el riesgo de un reventón. Por lo tanto, es crucial acudir al taller lo antes posible para solucionar el problema.