Cuando hablamos del mantenimiento del coche, solemos pensar en el motor, el aceite, las luces o los frenos. Sin embargo, hay un elemento crucial que a menudo pasa desapercibido hasta que lo necesitamos desesperadamente. Esta “heroína silenciosa” puede marcar la diferencia entre quedarte varado en medio de la nada o llegar a tu destino con seguridad.
Es un componente que, paradójicamente, esperamos no tener que usar, pero cuya presencia y estado pueden ser determinantes. Muchas veces, nos olvidamos de ella porque está fuera de la vista, oculta en el maletero, y no pensamos en su existencia hasta que un pinchazo nos obliga a recurrir a ella. En ese momento crítico, descubrir que está en mal estado puede ser un verdadero problema. Hablamos hoy de la rueda de repuesto.
3¿Es obligatorio llevarla en el coche?
La ley establece que los vehículos deben contar con una rueda de repuesto completa o una de emergencia si no disponen de otros sistemas alternativos, como un kit reparapinchazos o neumáticos tipo RunFlat. Circular sin ninguno de estos sistemas puede resultar en una sanción económica. Esto subraya la importancia de estar siempre preparados para cualquier eventualidad en la carretera.
En definitiva, la rueda de repuesto es un componente fundamental que merece nuestra atención, aunque no sea parte de nuestro mantenimiento habitual. Asegurarte de que está en buen estado podría evitarte un mal rato y, más importante aún, mantenerte seguro en la carretera. Dedicarle unos minutos al año para revisar su presión y estado general es una inversión mínima en comparación con el costo de no poder contar con ella cuando más lo necesitas.
Recuerda, la próxima vez que lleves tu coche al taller para su chequeo anual, no olvides pedir que revisen también la rueda de repuesto. Es un pequeño gesto que podría hacer una gran diferencia.
