Todos sentimos esa cruda sensación constantemente de que somos permanentemente atracados porque nos fríen a impuestos por todos lados. Incluso, muchos de ellos nos los cobran por duplicado. Sucesiones, IBI, IVA, Impuesto de Matriculación… Tener un coche sale muy caro, es evidente.
Pero hay un gasto del que cada día se habla más… y no es otro que el combustible. Como no podía ser de otra manera, este también contiene sus correspondientes impuestos que nos dejan literalmente tiesos. Y es que el precio de los carburantes tiene un porcentaje muy elevado de impuestos de todo tipo, algunos un tanto surrealistas.
5En resumen…
Aunque nuestros gobernantes pretendan satisfacernos con un oportuno descuento de 20 céntimos que no nos ha solucionado la vida, si hacemos unos cálculos rápidos, podemos ver que el Estado tiene mucha culpa en los elevados precios y sigue contando con muchos mecanismos para bajarlos.
La gasolina de 95 octanos tiene una fiscalidad de 47,27 céntimos por litro, mientras que la del gasóleo es de 37,9 céntimos. Pero a todo ello hemos de sumarle el ya mencionado 21% de IVA aplicado no sobre el precio base, como sería mucho más justo. Esto se traduce en que el 56% y el 52%, respectivamente, del precio de venta al público de los combustibles de nuestros vehículos son impuestos.