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Los problemas que puede sufrir el motor de tu coche si tienes inquilinos

Cuando se habla de “inquilinos” en el motor, uno podría pensar en una metáfora. Pero en este caso, es literal. Un mecánico conocido en Instagram por compartir los casos más insólitos que llegan a su taller ha mostrado un problema que, aunque parezca increíble, es más común de lo que se cree: ratones viviendo bajo el capó de un coche. Y no solo viviendo, sino causando daños serios en componentes clave del vehículo.

En el vídeo que ha generado miles de visualizaciones y comentarios, el profesional muestra cómo encontró restos de nidos y marcas evidentes de mordiscos en distintas partes del sistema. Lo más preocupante fue el estado de los inyectores, prácticamente comidos por los roedores. Los cables presentaban daños visibles y los rastros de orina y excrementos confirmaban que no se trataba de una visita puntual, sino de una auténtica invasión.

Los problemas que trae tener estos inquilinos

Este tipo de situaciones no solo suponen una anécdota desagradable. Según explican expertos en automoción, la presencia de roedores puede derivar en daños costosos y potencialmente peligrosos. Si se ven comprometidos elementos del sistema de inyección o del cableado eléctrico, el coche puede presentar fallos graves, desde problemas de arranque hasta pérdida de potencia o incluso cortocircuitos.

¿Cómo se llega a esta situación? Muchas veces, sin darnos cuenta, dejamos el coche estacionado durante días o semanas en lugares poco transitados, con vegetación o cerca de zonas donde hay acumulación de basura. Estos entornos son ideales para que pequeños animales busquen refugio en el motor, especialmente en épocas frías. El calor residual del motor tras circular y el abrigo del compartimento bajo el capó los convierte en escondites perfectos.

¿Cómo evitar estos inquilinos?

¿Cómo evitar estos inquilinos?
Fuente: Captura de video.

Para evitar que este tipo de “inquilinos” se instalen en tu vehículo, los mecánicos recomiendan observar bien dónde se aparca el coche. Si notas rastros sospechosos, es conveniente revisar el motor y, en caso de duda, llevarlo al taller. También existen productos repelentes y dispositivos ultrasónicos que pueden disuadir a los roedores, aunque no sustituyen una buena prevención. Sacar el coche con frecuencia, evitar dejar comida o restos en el interior y no estacionar en zonas problemáticas son medidas básicas pero efectivas.

En definitiva, los ratones pueden parecer inofensivos, pero su presencia bajo el capó puede convertirse en una pesadilla mecánica. Como señala el mecánico en su publicación, “no es solo cuestión de limpiar el motor, es cuestión de salvar el coche”. Así que si notas algo raro en el rendimiento o encuentras cables roídos, no lo dudes: podrías tener inquilinos… y no precisamente bienvenidos.