Todos tenemos en mente ciertas calles o travesías en las que los conductores no respetan los límites de velocidad y ponen en riesgo a los peatones. Son zonas aparentemente seguras en las que muchos se confían, y las autoridades los tienen perfectamente localizados. Sin embargo, no siempre actúan, así que un vecino ha decidido tomarse la justicia por su mano e instalar un radar casero que ponga fin a los excesos de velocidad.
La historia ha ocurrido en un pequeño municipio de Francia, pues un vecino, cansado de ver excesos de velocidad a diario y con el fin de evitar una tragedia, ha decidido colocar un radar de velocidad. No uno al uso, porque este no multa y ni siquiera es pedagógico, sino un invento que asusta a los conductores. Lo más curioso es que la medida ha resultado ser eficaz, pero lo mejor de todo es la reacción del ayuntamiento del municipio.
2El Ayuntamiento le ‘compra’ la idea

Lo lógico sería pensar que el Ayuntamiento, cuando ha descubierto la ‘hazaña’ de este vecino, ha retirado el radar falso y le ha puesto una multa. Pero nada más lejos de la realidad, porque le ha ‘comprado’ la idea y ha decidido mantenerlo durante un tiempo porque han comprobado que realmente sirve para que los conductores reduzcan la velocidad.
De hecho, lo han acompañado de un radar pedagógico que les permitirá comprobar a medio plazo y con datos en la mano si la ‘solución’ de este vecino ha funcionado. Así lo ha explicado Dominique Potar, regidor del pueblo, al afirmar que había buena voluntad por querer reforzar la seguridad en el municipio.
«Ha pensado en la seguridad de nuestros ciudadanos. Observamos con frecuencia excesos de velocidad en esta vía, lo que supone un gran peligro para los peatones que cruzan por los pasos de cebra. Lo dejaremos un tiempo, porque hemos notado que los conductores reducen la velocidad al verlo», ha afirmado Potar en declaraciones para Le Parisien.