Pasar la ITV es obligatorio para todos los vehículos matriculados en nuestro país al cumplir determinada edad. En concreto, los turismos deben hacer su primera revisión cuatro años después de su matriculación, cada dos años hasta que cumplan 10 y anualmente si tienen más de 10 años de antigüedad. Pasar la inspección es, además, una importante herramienta para asegurar que los coches del parque automovilístico se encuentran en perfecto estado para circular sin comprometer la seguridad vial. Pese a esto, el absentismo en la ITV se mantiene en cifras elevadas, ya que el 37,6% de los vehículos que debía haber realizado la inspección técnica el año pasado no lo hizo.
En concreto, en 2021 las estaciones de ITV españolas llevaron a cabo la inspección de 21.829.740 vehículos, lo que supone un 10% más que durante 2020. De ellos, 4.040.222 no superaron la inspección obligatoria a la primera, lo que representa un 18,5%. La mayoría de los vehículos que acudió a pasar ITV, un total de 17.789.518, la superó favorablemente, lo que representa el 81,5%. Si hablamos de turismos, aprobaron a la primera el 82,8% de los inspeccionados.
Aunque el índice de aprobados es alto, los problemas por los que los españoles suspendemos al pasar la ITV se repiten año a año. ¿Cuáles son las causas por las que más ‘nos tiran’ en la inspección? Según los datos publicados por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, recogidos por la Asociación Española de Entidades Colaboradoras de la Administración en la Inspección Técnica de Vehículos AECA-ITV, hay cuatro fallos fundamentales por los que los coches no pasan esta prueba.
2Ejes, ruedas, neumáticos y suspensión
Con un 22,9% de defectos graves detectados en los turismos es el segundo problema que más defectos anota en la ITV. Los neumáticos son el punto de contacto del coche con el asfalto, por lo tanto son un elemento vital del vehículo y la diferencia entre que el coche circule con unos neumáticos en mal estado o unos en perfectas condiciones influye de manera directa en la siniestralidad. La profundidad de su dibujo debe ser superior a 1,6 milímetros en todas las ruedas y no deben tener superficies con un desgaste anormal.
En la ITV comprobarán el estado general de los ejes y de las ruedas y que los neumáticos son los homologados para nuestro coche. También se someten a revisión los componentes de la suspensión, sus fijaciones, y si estos tienen daños o fugas.