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ITV: así examinan tu coche en la prueba de humos

En el mundo de la industria automotriz, una inspección técnica de vehículos es un examen destinado a comprobar que un vehículo cumpla determinadas especificaciones de seguridad y mantenimiento. Esta inspección se realiza para garantizar la buena funcionalidad del vehículo, además de certificar que cumple con los estándares legales vigentes y con la homologación emitida por la Dirección General de Tráfico (DGT).

En España, los propietarios de un coche están obligados por la Ley a pasar una inspección técnica de sus vehículos cada dos años. Es decir, los dueños deben llevar obligada y periódicamente su automóvil a una revisión rutinaria a la que se suele llamar también como “la ITV” o “la prueba de humos”.

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¿Qué fallos me pueden invalidar la ITV?

Si durante la inspección técnica de tu coche se detectan fallos o anomalías en sus características técnicas, el resultado del examen será negativo y el taller no procederá a emitir el certificado de la ITV. Algunos de los fallos más comunes en una inspección son los relacionados con el sistema de frenos, los límites de contención de gases expelidos al ambiente y el funcionamiento del embrague.

Otro de los fallos típicos que pueden invalidar una inspección ITV son los relacionados sobre los cristales del coche y el funcionamiento de los faros. Si uno de los faros del vehículos lleva algún defecto, necesitaría una reparación para obtener el certificado de la ITV. Este mismo criterio se aplica para los cristales del coche.