La Inspección Técnica de Vehículos (ITV) es un procedimiento fundamental para asegurar que los vehículos que circulan por nuestras carreteras cumplen con las normas de seguridad y medio ambiente. A través de esta inspección periódica, se detectan y corrigen defectos que podrían poner en peligro tanto a los ocupantes del vehículo como a otros usuarios de la vía pública. Sin embargo, la sorpresa y el temor a las inspecciones técnicas en carretera se han incrementado en los últimos meses, con la implementación de controles más precisos y rigurosos.
1Cuando la ITV te busca
La ITV es un requisito legal que todos los vehículos deben cumplir para circular de manera segura y responsable. Esta inspección periódica verifica elementos cruciales del vehículo, como el sistema de frenos, la dirección, las luces, los neumáticos y las emisiones contaminantes. Además, se comprueba que la identificación del vehículo sea correcta y que todos los componentes se encuentren en buen estado. La finalidad es prevenir accidentes y reducir el impacto ambiental de los vehículos.
Desde hace años, en muchos países de la Unión Europea, la ITV se complementa con inspecciones aleatorias en carretera. En España, aunque esta práctica ya existía, ha cobrado mayor relevancia recientemente con el uso de unidades móviles equipadas con tecnología avanzada y personal técnico especializado, todo bajo la supervisión de agentes de tráfico.
La inspección técnica en carretera puede tomar a los conductores por sorpresa. Se trata de una verificación no anunciada y aleatoria que se realiza directamente en la vía pública. La autoridad competente en materia de tráfico o unidades móviles de ITV supervisadas por estos agentes pueden detener cualquier vehículo para someterlo a una inspección. El objetivo de estas verificaciones es asegurar que los vehículos cumplen con las normativas vigentes en términos de seguridad y protección ambiental.
