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La prueba de la ITV que cada vez temen menos conductores

Aprobar la ITV es para todos los coches en algún momento de su vida útil de obligado cumplimiento. Esto, para muchos conductores supone un extorno en la rutina diaria. Obtener cita, acudir y pasar el examen, es a juicio de muchos, una perdida de tiempo y recaudación publica. Para otros necesario y justificado para la seguridad vial.

El temor de suspender esta prueba técnica, en lógica, crece con la edad del coche, y especialmente las mecánicas diésel y antiguas, pueden generar el miedo escénico en el conductor, propietario o usuario.

Sin embargo, lo observado por AEMA, es la reducción de vehículos que suspenden en la ITV por el control de emisiones de gases. Así lo revelan los datos facilitados por el Archivo de Vehículos de la Comunidad de Madrid a AEMA-ITV en relación al primer trimestre de este año.

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El verdadero problema

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El problema de base de las ITV es que la multa que te ponen por circular sin ella no puede ser inferior al coste de presentarte a la ITV y suspender. En este último caso además de quedarte sin coche hasta que lo arregles, debes pagar la factura del mecánico, lo que supone un doble inconveniente.

A día de hoy la multa por no llevar la ITV al día es de 200 euros. Mientras, si te pillan circulando con la ITV desfavorable (suspenso) la sanción es también de 200 euros. El caso más grave es que te pillen circulando un vehículo con la ITV negativa , situación en la que debería estar inmovilizado, y que supone una sanción de 500 euros.

En todos estos casos conviene saber que por abultada que sea la multa, esto no es lo más grave, pues el problema real es que el seguro no nos da cobertura si no tenemos la ITV al día.

Por provincias, Madrid, Valencia y Cádiz son las tres en las que más absentismo ITV existe. De hecho en Madrid las multas se han incrementado casi un 50 % en 7 años, un 58 % en Valencia y un 95 % en Cádiz.

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