En el entramado tributario de cualquier país, el Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM) se erige como un pilar fundamental, con implicaciones directas en la economía local y en la vida cotidiana de los ciudadanos.
Este tributo, también conocido como impuesto de circulación, grava la titularidad de vehículos de motor y constituye una fuente esencial de ingresos para los municipios, destinados a financiar una amplia gama de servicios y obras públicas.
Te contamos en detalle la naturaleza, la evolución y el impacto del IVTM, así como su papel en la promoción de la movilidad sostenible y la gestión del parque automovilístico.
2Los factores que definen el IVTM
A lo largo de los años, el IVTM ha evolucionado en su estructura y en sus criterios de aplicación, adaptándose a las necesidades económicas y sociales de cada época. En la actualidad, este impuesto es una fuente importante de ingresos para los municipios, que lo utilizan para financiar una amplia variedad de servicios y obras locales, desde el mantenimiento de carreteras y calles hasta la prestación de servicios de transporte público y la promoción de la movilidad sostenible.
La cuantía del IVTM varía en función de varios factores, entre los que destacan la potencia fiscal del vehículo, el tipo de combustible que utilice y la normativa fiscal vigente en la región donde esté matriculado el vehículo. La potencia fiscal es un valor determinado por la Administración Tributaria que refleja la capacidad de rendimiento del motor del vehículo y que se utiliza como base para calcular el importe del impuesto.