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El motivo para no llevar jamás tu coche al taller con el depósito lleno te lo aclara este mecánico

Cuando nos toca llevar el coche al taller, la mayoría pensamos en los problemas a reparar, pero no caemos en el depósito de combustible. Aunque no se nos informe al pedir cita, muchos mecánicos prefieren que lo llevemos con el tanque casi vacío, porque el nivel de combustible tiene un impacto directo en el proceso de trabajo.

Si el depósito esta lleno, complica la manipulación del coche e incrementa los riesgos durante la reparación. ¿Cuáles son exactamente los inconvenientes y por qué es mejor entregarlo sin apenas combustible? Te lo contamos en este artículo.

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El peso del depósito: un obstáculo en las reparaciones

Uno de los problemas más evidentes al trabajar con un tanque de combustible lleno es su peso. Dependiendo del tamaño del vehículo, un depósito cargado puede añadir hasta 45 kg adicionales al peso del coche, lo que dificulta mucho el trabajo de los mecánicos; especialmente si necesitan manipular el sistema de combustible.

Cambiar o inspeccionar componentes, como la bomba de combustible, requiere de tener que levantar o inclinar el tanque de gasolina, cosa que se complica con ese peso adicional. Si el depósito está lleno, los mecánicos deben lidiar con un peso extra innecesario que no solo dificulta su labor, sino que también aumenta el tiempo en completar el trabajo. Ello puede traducirse en una reparación más lenta y más costosa para el cliente.

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