Cuando nos toca llevar el coche al taller, la mayoría pensamos en los problemas a reparar, pero no caemos en el depósito de combustible. Aunque no se nos informe al pedir cita, muchos mecánicos prefieren que lo llevemos con el tanque casi vacío, porque el nivel de combustible tiene un impacto directo en el proceso de trabajo.
Si el depósito esta lleno, complica la manipulación del coche e incrementa los riesgos durante la reparación. ¿Cuáles son exactamente los inconvenientes y por qué es mejor entregarlo sin apenas combustible? Te lo contamos en este artículo.
4Los cuidados diarios del depósito de combustible
Pero ¡ojo! Aunque llevar el tanque casi vacío al taller tenga sus ventajas, no hay que confundirlo con conducir regularmente con poca gasolina. Esa es una práctica que debe evitarse, pues mantener el depósito en niveles bajos puede provocar daños significativos en partes esenciales del vehículo, como la bomba de combustible y los filtros. Tanto por un exceso de residuos, como por falta de lubricación.
Conducir habitualmente con el depósito de gasolina en reserva incrementa el riesgo de costosas reparaciones. Para evitar problemas, los expertos recomiendan mantener al menos un cuarto del tanque lleno. No solo protegerá tu vehículo, sino que también reducirás la probabilidad de que te deje tirado en la carretera en el momento más inoportuno.