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Por cosas así tú jamás podrás ser un piloto de Fórmula 1. Y no hablamos de dinero

El glamour, la velocidad, y la adrenalina que rodean al mundo de la Fórmula 1 hacen que ser piloto de esta categoría sea el sueño de muchos. Sin embargo, lo que pocos entienden es que manejar uno de estos monoplazas no es solo cuestión de dinero o fama. Hay barreras físicas y mentales que hacen que un ser humano promedio jamás pueda ser piloto de F1, y van mucho más allá de lo que se ve en la televisión.

Desde fuera, pareciera que los pilotos simplemente necesitan reflejos rápidos y valentía, pero la verdad es que su preparación es tan exigente como la de cualquier atleta de élite. La capacidad física y mental que se requiere para manejar uno de estos vehículos es algo que está al alcance de muy pocos, y no solo por las características del coche, sino por las demandantes condiciones a las que estos pilotos están sometidos durante cada carrera.

Las cualidades únicas que deben tener los pilotos de Fórmula 1

Uno de los factores más asombrosos es el tiempo de reacción de los pilotos de Fórmula 1. Mientras una persona promedio tiene un tiempo de reacción de alrededor de 200 milisegundos, un piloto de Fórmula 1 puede reaccionar en menos de eso. El récord lo tiene Valtteri Bottas, quien en 2019 alcanzó un asombroso tiempo de reacción de solo 40 milisegundos, comparable al de un gato que esquiva el ataque de una serpiente.

Este nivel de rapidez es vital, ya que cualquier fracción de segundo perdida puede significar la diferencia entre ganar una carrera o tener un accidente devastador. Este tipo de reflejos no se logran únicamente a través de la práctica. La genética juega un papel importante, pero también se requiere de un entrenamiento mental intensivo que ayuda a los pilotos a procesar enormes cantidades de información en cuestión de milisegundos.

La exigencia física que deben pasar los pilotos de Fórmula 1

La exigencia física que deben pasar los pilotos de Fórmula 1

Otro aspecto que pasa desapercibido para la mayoría es la fuerza física necesaria para manejar un Fórmula 1. El pedal del freno de estos coches requiere una presión de aproximadamente 100 kilos de fuerza para activarse completamente. Para ponerlo en perspectiva, es como si estuvieras empujando una caja pesada con tus pies mientras conduces a velocidades extremas.

}Además, los pilotos experimentan fuerzas de hasta 5G durante el frenado, lo que significa que sus cuerpos sienten cinco veces su propio peso. Imagina que en una curva o una frenada tu cabeza llega a pesar alrededor de 40 kilos debido a la fuerza G. Esto explica por qué los pilotos de Fórmula 1 tienen cuellos tan desarrollados. Sumado a esto, las cabinas de los monoplazas pueden llegar a calentarse hasta los 60 grados Celsius, lo que convierte a cada carrera en una especie de sauna móvil.