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A pesar de ganar 60 millones de euros, este jugador conduce un Subaru que en Wallapop tienes por 12.000 euros

En un mundo donde los deportistas de élite suelen asociarse con lujosos Ferrari, Rolls-Royce y Lamborghini, el receptor abierto de los Buffalo Bills, Khalil Shakir, ha sorprendido a muchos con su humildad. A pesar de haber firmado un contrato de cuatro años por 60,2 millones de dólares, él sigue conduciendo un Subaru de 2021, un vehículo que podría encontrarse en plataformas de venta de autos usados por alrededor de 12.000 euros.

Durante una reciente conferencia de prensa, el jugador admitió con una sonrisa que su elección de vehículo ha sido motivo de burla entre sus compañeros de equipo. «Me voy a poner un poco en evidencia, pero conduzco un Subaru», confesó. Incluso relató cómo, tras firmar su millonario contrato, uno de sus compañeros le dijo en tono de broma: «Felicidades, ahora puedes conseguirte otro coche».

Shakir defiendo su elección de un Subaru

Shakir no especificó el modelo exacto de su Subaru, pero lo describió como «un Subaru blanco normal con ventanas tintadas». También mencionó que le tiene aprecio al vehículo, ya que lo recibió cuando llegó a Buffalo y no siente la necesidad de cambiarlo de inmediato. Aunque reconoce que en algún momento comprará un auto nuevo, aseguró que «no será nada loco».

La elección del deportista contrasta con la tendencia de muchos jugadores profesionales, quienes suelen invertir grandes sumas de dinero en superdeportivos. Sin embargo, la relación entre estos vehículos y las estrellas del deporte no siempre ha sido positiva. Numerosos incidentes, desde accidentes de tráfico hasta problemas legales, han demostrado que el exceso de potencia y la falta de precaución pueden ser una combinación peligrosa en manos de quienes buscan exhibir su fortuna.

Shakir no está solo en la NFL con su elección del Subaru

Shakir no está solo en la NFL con su elección del Subaru
Fuente: X.

Shakir no es el único jugador de la NFL que prefiere un vehículo modesto. El mariscal de campo Kirk Cousins, por ejemplo, condujo durante años una camioneta GMC Savana del año 2000 que había comprado a sus abuelos. Alfred Morris, ex corredor de la liga, se mantuvo fiel a su Mazda 626 de 1991, un auto que adquirió durante su etapa universitaria por apenas 2 dólares. Estos casos reflejan que, a pesar de los contratos millonarios, algunos jugadores optan por la sencillez en lugar del derroche.

En un deporte donde el lujo y la ostentación parecen ser la norma, Khalil Shakir demuestra que el éxito no siempre tiene que medirse en función del vehículo que se conduce. Mientras muchos se deslumbren con coches de ensueño, él sigue recorriendo las calles en su Subaru, recordando que el verdadero valor de un jugador no está en su garaje, sino en su desempeño en el campo.