Aunque de cara a la galería todo sean sonrisas en Aston Martin, Fernando Alonso quedó cerca del podio en el Gran Premio de Azerbaiyán y eso ya levantó los primeros resquemores con su equipo. Y es que es fácil ir todos a una cuando todo va bien, pero también pueden surgir las discrepancias cuando se escapan oportunidades… y no nos engañemos. Quizá este principio de temporada sea el de las grandes oportunidades que no vuelvan.
Se las prometían muy felices en Aston Martin, sin embargo, empiezan a temer por los avances de otros equipos que se están dando más vidilla a la hora de llevar novedades a todas las carreras. Contar con novedades en cada Gran Premio, aunque sean pocas, fue la receta de Mercedes el año pasado y no les fue mal, hasta el punto de adelantar a Ferrari al final del año. Ahora, el conformismo y la resignación se apoderan de los verdes. Llevar upgrades a Australia o Miami es duro logísticamente, pero necesario si quieres ser un «grande».
2El complejo fin de semana de Bakú con el DRS pesa para Fernando Alonso
Tras la carrera fue muy comentada una imagen de Fernando Alonso con Lawrence Stroll, dueño del equipo Aston Martin. Ambos estaban manteniendo una conversación con un rostro serio que hace presuponer que las cosas no son de color de rosa dentro del equipo. El buen hacer del español al volante del AMR23 no fue suficiente y, si no hubiera sido por el Safety Car, tal vez, ni hubiese podido alcanzar el 4º lugar.
Durante el Gran Premio de Bakú, el monoplaza verde, que contó con el único cambio visto hasta el momento: un nuevo alerón trasero para ganar punta en rectas, no funcionó como en los primeros grandes premios. Los problemas se evidenciaron en el DRS durante Libres y clasificaciones de Sprint y carrera. Al final, llama la atención que los mecánicos resolvieran el entuerto a base de lubricante…