La carretera es un escenario compartido por conductores, peatones, ciclistas y usuarios de vehículos motorizados de dos ruedas. Cada actor tiene su papel, pero también sus miedos y tensiones. Según el estudio “Compartir la carretera” de la Fundación VINCI Autoroutes, el 92 % de los europeos teme los comportamientos arriesgados de otros usuarios. Y es que, en un espacio limitado y con normas que a menudo se ignoran, la convivencia en la vía pública puede convertirse en un verdadero desafío.
1La tensión que todos sienten, pero pocos lo admiten.
Independientemente del medio de transporte que elijan, los usuarios de la vía pública comparten un sentimiento común: la ansiedad por el comportamiento de los demás. Desde ciclistas preocupados por la invasión de los carriles bici, hasta peatones temerosos de cruzar pasos de cebra, el miedo es transversal. Entre los conductores de automóviles, un abrumador 91 % señala que teme las maniobras arriesgadas de otros al volante, una preocupación que también afecta al 87 % de los automovilistas.
Pero no solo son los vehículos los que generan tensión. Los peatones tampoco se sienten seguros: un 89 % teme que los coches no respetan los pasos de cebra, y un 63 % ha experimentado roces en las aceras con bicicletas o patinetes. La agresividad al volante, un problema endémico, también añade leña al fuego. El 83 % de los encuestados teme la brusquedad de los conductores de automóviles, mientras que los ciclistas y motoristas tampoco se libran de las críticas.