La carretera es un escenario compartido por conductores, peatones, ciclistas y usuarios de vehículos motorizados de dos ruedas. Cada actor tiene su papel, pero también sus miedos y tensiones. Según el estudio “Compartir la carretera” de la Fundación VINCI Autoroutes, el 92 % de los europeos teme los comportamientos arriesgados de otros usuarios. Y es que, en un espacio limitado y con normas que a menudo se ignoran, la convivencia en la vía pública puede convertirse en un verdadero desafío.
5Los «multiusuarios»: un ejemplo de empatía
No todo son malas noticias. Los llamados «multiusuarios», aquellos que combinan varios modos de transporte, muestran una mayor sensibilidad hacia los demás. Un 78 % de ellos afirma tener más precaución al compartir la vía pública. Este grupo comprende mejor las vulnerabilidades de otros usuarios y, como resultado, respeta más las normas, desde verificar ángulos muertos hasta ceder el paso en carriles de bicicleta.
La experiencia de alternar entre coche, bicicleta o patinete no solo fomenta la empatía, sino que también obliga a los usuarios a ser más conscientes de sus propios hábitos. Por ejemplo, el 32% de los conductores que también son ciclistas creen que respetan más las señales cuando van en bicicleta que al conducir un automóvil.
El reto de compartir la carretera
En última instancia, el estudio resalta que la convivencia en las vías públicas es un desafío colectivo. Las tensiones surgen no solo por las diferencias en los medios de transporte, sino también por la falta de conciencia y respeto hacia las normas. Como lo expresa Bernadette Moreau, delegada general de la Fundación VINCI Autoroutes, compartir la carretera no es solo una cuestión de normas, sino de responsabilidad compartida.
Respetar las señales, mantener una actitud defensiva y ser conscientes de los riesgos son claves para reducir los conflictos y mejorar la seguridad. Pero más allá de las reglas, se trata de un cambio cultural que fomenta la empatía y el respeto mutuo. Porque al final, todos compartimos el mismo objetivo: llegar a casa sanos y salvos.