«No pago. ¡Que no! Yo esa multa no la pienso pagar». ¿Te suena? Después de las fases de negación, ira y decepción llega la aceptación de la pérdida. Para todo en la vida, pero también cuando hablamos de una multa. Eso sí, puede haber casos en los que, como vemos, alguien se enroca en su convicción plena de que no ha hecho nada malo.
La realidad es que, si conduces, conviene que tengas claros los conceptos y plazos básicos que te pueden librar de una multa porque, a veces, el berrinche es menos si tienes de antemano toda la información. Vaya por delante que lo suyo es que cumplas todas las normas de circulación porque, si lo haces todo bien, no podrán multarte. Pero, dado que los despistes existen, quédate con algunas ideas.
5Qué pasa si, pese a todo, no quieres pagar
Por muy pequeña sea la multa, si decides no pagar, el Estado tiene muchas formas de cobrar. Lo que pasa es que, transcurrido el plazo de dos meses que te dan, la multa se remite al recaudador, en este caso a la Agencia Tributaria, con un recargo del 20%. En este preciso instante, la Agencia Tributaria podrá embargar tu cuenta, o descontar la cantidad correspondiente de lo que te tendría que devolver en la Declaración de la Renta… Es decir, que en ningún caso va a desaparecer la multa.