Subirse al coche puede parecer una actividad rutinaria, pero para muchos, es una experiencia cargada de emociones intensas. Según un reciente estudio neurocientífico de Bipi, realizado en colaboración con la Universidad Complutense de Madrid, las carreteras no solo son escenarios de tránsito, sino también de batallas internas donde la ansiedad y el enfado juegan un papel predominante.
Los desplazamientos invernales, aunque emocionantes, ponen de manifiesto cómo los conductores españoles enfrentan una serie de emociones que condicionan su comportamiento y bienestar. En particular, el informe destaca que casi el 60% de los conductores experimentan ansiedad cuando se encuentran en atascos, una cifra que aumenta significativamente entre los mayores de 30 años, alcanzando un alarmante 77%. Pero, ¿por qué las emociones negativas parecen tener tanto protagonismo al volante?
2Enfado: el otro pasajero frecuente
Mientras la ansiedad domina a una buena parte de los conductores, el enfado también reclama su espacio, especialmente entre los hombres y los conductores más jóvenes. Adelantamientos temerarios, pitidos agresivos y vehículos que circulan demasiado cerca son las principales causas de esta emoción. Según el estudio, el 57% de los hombres sienten enfado ante avances por la derecha, mientras que en los jóvenes predomina la rabia cuando el tráfico se convierte en un enemigo lento e implacable.
Es interesante cómo el enfado se percibe de manera diferente dependiendo del contexto y del conductor. Para algunos, es una respuesta instintiva ante la falta de civismo en la carretera; para otros, una reacción a la frustración acumulada por factores externos, como el estrés cotidiano o las obligaciones personales.