Madrid, la capital de España, ha experimentado a lo largo de los años una transformación notable en su infraestructura urbana. Uno de los hitos más significativos en esta evolución es la construcción de la autopista M-30, una arteria vital que ha moldeado el paisaje y la movilidad en la ciudad.
Nos sumergimos hoy en la historia de la M-30, centrándose en el día histórico en que Carlos Arias Navarro inauguró esta carretera, y en el contexto económico que impulsó su creación, así como los cambios urbanos que trajo consigo.
4La leyenda urbana de los obreros
Durante la construcción de la M-30 en la década de 1970, se cuenta la anécdota de cómo los trabajadores de la obra, en un gesto humorístico y de cierta irreverencia, colocaron una pequeña placa conmemorativa en un lugar estratégico de la autopista.
En lugar de la típica placa oficial que suele conmemorar inauguraciones, esta placa hechiza y no autorizada tenía grabada la siguiente inscripción: «Aquí, donde nadie lo ve, lo hicimos bien. Obreros de la M-30». Esta anécdota captura el espíritu de orgullo y esfuerzo de los trabajadores que contribuyeron a la construcción de esta importante infraestructura.
Es importante destacar que esta anécdota es más una leyenda urbana que un hecho histórico confirmado, y su veracidad puede ser difícil de verificar. Sin embargo, refleja la idea de que la construcción de la M-30 no solo fue un proyecto de ingeniería, sino también un esfuerzo humano lleno de historias y anécdotas que dieron forma al tejido urbano de Madrid.