Madrid, una ciudad conocida por su cultura vibrante, su historia y su arquitectura, también alberga una de las obras de ingeniería más impresionantes y polémicas de Europa: los túneles de la M-30. La vasta red subterránea madrileña no solo transforma la manera de moverse en la ciudad. Sus túneles evocan entre los conductores imágenes de portales interdimensionales dignos de la serie Stargate. ¿Te imaginas conducir y sentir que podrías terminar en cualquier parte de España?
2Una aventura en el subsuelo
Pese a su funcionalidad, los túneles de la M-30 tienen una peculiaridad que desconcierta a muchos conductores. Al ingresar en ellos, los usuarios pierden la cobertura de sus teléfonos móviles, incluyendo el acceso al GPS. El fenómeno ha dado lugar a numerosas historias entre quienes los recorren, especialmente aquellos que dependen de sus dispositivos para orientarse.
Al perderse la señal, muchos conductores solo pueden continuar avanzando «recto, recto» hasta que finalmente ven la luz del día. Los más bromistas comparan la experiencia con una aventura de ciencia ficción: «Entras en Madrid y sales en Santander». Aunque la exageración es obvia, la realidad es que orientarse en esta maraña subterránea sin la ayuda del GPS puede ser todo un desafío.
