Desde el 1 de julio de 2024, Madrid ha intensificado sus medidas para reducir la contaminación ambiental. Ahora, los vehículos sin la etiqueta ambiental de la Dirección General de Tráfico (DGT) enfrentarán multas de 200 euros si circulan en la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) comprendida entre la M-30 y la M-40. Esta sanción se aplica especialmente a los coches con clasificación ambiental A, que son los más contaminantes y carecen de distintivo de la DGT.
El endurecimiento de estas medidas es el resultado de un calendario de restricciones de cuatro años. En enero de 2022, comenzaron las prohibiciones en el interior de la M-30, que se extendieron a la propia circunvalación y sus accesos en enero de 2023. Para enero de 2024, la restricción se amplió a todo el municipio. La etapa final se completará en enero de 2025, cuando todos los coches sin etiqueta, incluidos los empadronados en Madrid, estarán prohibidos.
2La gran zona de bajas emisiones
La vigilancia de estas restricciones se realiza mediante medio millar de cámaras automatizadas repartidas por la ciudad, incluyendo 257 a lo largo de la M-30 y 207 en el exterior del anillo, además de 37 semáforos ‘fotorrojo’. Este sistema de control ha sido financiado con una subvención de 5.7 millones de euros del Plan de Recuperación y Resiliencia de la Unión Europea.
Madrid ha decidido implementar la ZBE más extensa de España, cubriendo una superficie de 604 kilómetros cuadrados, todo el término municipal. Esta decisión se enmarca dentro del Real Decreto de 2022 que obliga a todos los municipios españoles de más de 50,000 habitantes a establecer ZBEs. Estas zonas son cruciales para combatir las emisiones del tráfico rodado y mejorar la calidad del aire.
Las medidas adoptadas ya están mostrando resultados positivos. En mayo de 2024, Madrid registró los niveles más bajos de dióxido de nitrógeno (NO2) de la serie histórica que comenzó en 2010. Ninguna de las 24 estaciones de medición superó los 30 microgramos por metro cúbico (μg/m3), muy por debajo del máximo de 40 μg/m3 establecido por la Unión Europea. Con estas cifras, Madrid podría cumplir por tercer año consecutivo con las directrices europeas, algo que aún no han logrado otras grandes capitales como París y Berlín.